En el altar de mi muerte no encuentro reposo,
de comida se ha llenado y también de flores
pero el poder de elegir sus colores no gozo,
y si pudiera sé que tendría cosas mejores.
Y es que esta posada es como mi sepulcro
vacía de ganas, y mojada con mis llantos
con un velo que me cubre todo el rostro
aun rezando agarrada de las manos.
Porque la vida se ha escapado de mis dedos
porque muerta estoy en vida y ya no puedo.
Al menos a mis pies deja tu ofrenda
no te vayas, deja que el recuerdo venga
porque son pocas mis calaveras dulces
y las tuyas son mi mayor disfrute.
Dame un poco, no me dejes sin nada
permíteme reír a carcajadas
deja que mi cempasúchil se madure
para que tu visita mucho dure.
Es tu presencia frágil como el papel picado
se ve perfecto, cuando todo está adornado,
de repente sin querer poquito se ha trozado
y sin saberlo, otra vez en el piso está tirado.
Y es que vivo a dos metros de mi suelo
consternada y por los otros olvidada
sin un ramo que me entreguen para el duelo
porque no saben que adentro no soy nada.
Porque la vida se ha escapado de mis dedos
porque muerta estoy en vida y ya no puedo.
Al menos a mis pies deja tu ofrenda
no te vayas, deja que el recuerdo venga
porque son pocas mis calaveras dulces
y las tuyas son mi mayor disfrute.
Dame un poco, no me dejes sin nada
permíteme reír a carcajadas
deja que mi cempasúchil se madure
para que tu visita mucho dure.
![](https://static.wixstatic.com/media/11062b_5d3dd35d450246108b92e7cd2bd4b24b~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_653,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/11062b_5d3dd35d450246108b92e7cd2bd4b24b~mv2.jpg)
Comentários