Adolorida en la cama,
viva sin saber; con todo
y sin nada.
Con un mar de pensamiento,
enredado y sin sentido
como el viento.
Pintaste tu dolor con arte,
usando de pincel
pena y desaire.
Frida de Inés has aprendido
a sacar el mejor partido.
Una monja y la otra del infiel
Atormentadas por su propia piel
con migajas de amor
de hombres sin valor.
Deseando una intervención divina
que ilumine la vela
y te salve la vida.
Pintando, leyendo y escribiendo,
plasmando en secreto,
todo aprendiendo.
Necesario te fue desprenderte,
presente y fantasiosa,
para entenderte.
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